martes, 24 de agosto de 2010

Las desconocidas: Gerda Taro


Gerda Taro y su máquina de escribir.

Hace poco, leyendo una de las revistas que suele haber por la biblioteca, me topé con la historia de una mujer que, como tantas otras, tuvo que trabajar a la sombra de un hombre... He decidido crear una nueva categoría que se llamará "Las desconocidas" donde intentaré contar la historia de mujeres que perdieron su propia sombra para trabajar bajo la sombra de otra persona.Este es el caso de Gerda Taro que trabajo mano a mano con Andre Friedmann y juntos crearon al personaje Robert Capa... pero luego fue él el que se llevó toda la fama.

Gertha Pohorylle, verdadero nombre de Gerda Taro, nació en 1910 en Stuttgart (Alemania), en el seno de una familia judía de la clase alta burguesa.

Ya desde pequeña apuntaba que sería una chica rebelde, de autoestima inquebrantable, gran energía y belleza. Se suponía que acabaría casándose con un industrial inglés para vivir como enfant terrible, dentro de la alta sociedad. Pero las deudas de su padre hacen que tengan que huir de Stuttgart hacia Leipzig.

Gerta conoce a Georg Kuritzkes, hijo de Dinah Gelbke, revolucionaria, comunista y conocida de Lenin. Con ellos descubre su verdadero mundo y sale la mujer política de convicciones muy fuertes contra el fascismo, la dictadura y un mundo inhumano.

El 30 de enero de 1933, Hitler es proclamado canciller del Reich. La actividad política la lleva rápidamente a un enfrentamiento con el régimen. Gerda huye con una amiga a París. En esta ciudad de exiliados conoce a un joven húngaro, André Friedmann y se enamoran, cosa que no mitiga la pobreza ni el hambre de ambos pero que tal vez la alivia. Él fotógrafo sin trabajo fijo, ella trabajando en la agencia Alliance Photo de María Eisner (una de las cabezas de Magnun Photo). Para conseguir el permiso de residencia Gerda se hace aprendiz de Andre, primero en el laboratorio, después con su cámara. Su meta es conseguir un permiso de trabajo y como consecuencia un permiso de residencia y a los periodistas se les concedía automáticamente.

Gerda Taro y Andre Friedmann

Con la venta de algunas fotos se libran de la extradición a la Alemania nazi. Pero su trabajo no sale adelante hasta que una noche Gerda propone a Andre la creación de un personaje: el famoso fotógrafo americano Robert Capa. Se inventan que ha venido a trabajar a Europa pero que, como es tan famoso y conocido, no puede quedar con nadie y vende sus fotos a través de sus representantes: Friedmann y Pohorylle al tripe del precio de un fotógrafo francés. El truco funciona vendiendo fotos, indistintamente, de Andre o Gerda.


Milicianas.

En el 36, ambos se trasladan a España para captar el horror de la Guerra Civil. pasan la frontera cuando ella apenas había cumplido los 26 y él los 23. Armados con una Leica (usado sobre todo por Andre) y una Rolleiflex (usada por Gerda) sacan las primeras fotos en una Barcelona hirviente y segura de la victoria. Ambos centran su interés en la gente sometida a las diversas situaciones de la guerra. Viajan a Córdoba donde Andre consigue la instantánea de la muerte de un miliciano y esta foto le hace famoso casi al momento. Nunca sabremos si la captó Gerda o Friedmann.

Gerda Taro en la batalla. Foto de Robert Capa.

El nombre de "Capa" fue usado indistintamente por los dos. Luego lo cambiarían por "Capa & Taro", y más tarde salió la marca de Gerda: "Photo Taro". Así intentó salir de la sombra de su, cada vez más famoso, novio. A nivel personal no tiene problema gracias a su personalidad pero a nivel profesional no avanza.

Miliciana.

El cambio se produce casi un año más tarde en Madrid. Su relación con Friedmann se había enfriado. A pesar de rechazar una propuesta de matrimonio de él, no rechaza la idea de irse con él a China a fotografiar el ascenso de Mao Zedong. Cuando vuelve a Madrid, después de haberse publicado sus fotos sobre la toma de Brunete, Gerda es admirada por su valor y por sus fotos.


Tres días después de la publicación de las fotos de la famosa victoria de Bruneta, los nacionales intentan retomar el pueblo. Ella quiere ir al frente. Una vez allí, busca un hoyo donde esconderse. Poco después la aviación alemana e italiana comienzan el ataque. Gerda no para de sacar fotos. De vuelta, les dejaron subirse al estribo del coche desde donde pudieron ver los muchos heridos y muertos tendidos junto a la carretera. De repente aparecieron aviones a baja altura. Un tanque republicano se descontroló, rozó el coche, hizo caer a Gerda que acabó debajo de las cadenas del tanque.

Murió tras una noche de agonía a los 27 años.


Gerda Taro dormida. Foto de Robert Capa

Andre Friedmann publicó, poco después de su muerte, un libro llamado "Death in the making" dedicado a Gerda Taro en donde incluye, entre las suyas, muchas fotos de ella pero sin especificar de quién son cada una.